Intermediarios | Lección 1: Los tres gerentes | 2do Trimestre 2024

Lección 1 de Intermediarios
LOS TRES GERENTES

Intermediarios | Lección 1: Los tres gerentes | 2do Trimestre | Año A

Textos clave y referencias:
Mateo 25:14-30; Lucas 10:11-27;
Palabras de vida del gran Maestro, cap. 25.

Versículo para Memorizar:
“El jefe le dijo: Muy bien, eres un empleado bueno y fiel; ya que fuiste fiel en lo poco, te pondré a cargo de mucho más. Entra y alégrate conmigo”
(Mateo 25:21)..

Mensaje:
Podemos usar nuestros talentos para compatir el amor de Dios con los demás.

¿Alguna vez te ha confiado alguien algo de gran valor para que se lo cuidaras? ¿Qué hiciste con aquello? ¿Estuvo contento el dueño con lo que hiciste?

Si Jesús tuviera que contar la parábola de los talentos en la actualidad, tal vez lo haría más o menos como sigue:

El dueño de un negocio había hecho planes de salir de vacaciones. Llamó a sus tres gerentes principales para que se reunieran con él en su oficina. El dueño sacó tres cheques de un cajón de su escritorio y les dijo:
—Tengo que hacer un viaje que durará bastante tiempo. A cada uno le entregaré un cheque. Deseo que durante mi ausencia inviertan este dinero y lo hagan producir ganancias.

Luego entregó 5,000 dólares al primer gerente. Al segundo le dio 2,000 y al tercero 1,000. Se despidió de ellos y se fue.

El gerente que recibió 5,000 dólares se puso en acción sin pérdida de tiempo. Compró un nuevo equipo para la compañía e inició un nuevo negocio. Ese nuevo negocio produjo una ganancia de 5,000 dólares adicionales.

El segundo gerente invirtió los 2,000 dólares en acciones muy buenas, y al poco tiempo había convertido los 2,000 en 4,000. El tercer gerente miró el cheque, lo colocó en un sobre y lo guardó en la caja fuerte, y allí lo dejó bien seguro.

Cuando el dueño de la compañía regresó, llamó a sus gerentes. Les dijo que había estado ausente durante mucho tiempo y ahora deseaba que le informaran acerca de lo que había sucedido con el dinero que les había entregado. Pidió al primer gerente que diera su informe acerca de los 5,000 dólares.
—Encontré algunas oportunidades que consideré beneficiosas. Compré nuevo equipo y abrí una sucursal. Obtuve 5,000 de ganancia, que deposité en la cuenta de la compañía. Aquí está el recibo.
—¡Excelente! —exclamó el dueño sonriendo—. Lo promoveré al cargo de vicepresidente de la compañía. Mañana mismo asumirá su nuevo cargo. Haremos una fiesta para celebrar el acontecimiento.
—Usted recibió 2,000 dólares—dijo al segundo gerente—. ¿Qué hizo con ellos?
—Los invertí en el mercado de valores. Compré acciones que produjeron otros 2,000 de ganancia. Aquí tiene un cheque por 4,000 dólares.
—Lo felicito. Usted ha demostrado tener buen juicio. Usted será mi segundo vicepresidente. Estoy muy satisfecho. Celebraremos su sabia inversión.

Luego se volvió hacia el tercer gerente y le pidió su informe. Este le dijo con gran satisfacción y orgullo:
—Señor, sabía que a usted no le agradaría que cometiera ninguna insensatez. Por eso guardé su dinero en un lugar seguro. Aquí tiene su cheque por mil dólares sin que falte nada.
El dueño se enojó mucho. Le arrebató el cheque de la mano y le dijo furioso:
—¡Lo menos que pudo haber hecho era poner el dinero en el banco para que ganara intereses! No puedo confiarle nada. Retírese y piense en lo que ha hecho. ¡Está despedido!

A continuación el dueño, que había recuperado la calma, entregó el cheque de mil dólares a su primer vicepresidente y le dijo:
—Usted sabe qué hacer con él. Tal como hizo el dueño de la compañía, Dios te ha entregado talentos y habilidades. Son dones que debes desarrollar y usar en la mejor forma posible. Esto hace feliz a Dios. Si desarrollas tus talentos, Dios te bendecirá con mucho más. Y lo mismo que los gerentes, recibirás una recompensa por haber sido responsable.