Lección Juveniles 2do Trimestre 2021, Juveniles 2 Trimestre 2021
Lección 2 de Juveniles
¿VER PARA CREER?
Un oficial de la realeza creyó en las palabras de Jesús de que su hijo había sido sanado, aun antes de que llegara a su casa. Es una lección de fe que aún hoy impresiona nuestro corazón.
Juan 4: 43-54
El Deseado de todas las gentes (El Libertador), capítulo 20.
«Jesús le contestó: “Ustedes no creen, si no ven señales y milagros”. Pero el oficial le dijo: “Señor, ven pronto, antes que mi hijo se muera”. Jesús le dijo entonces: “Vuelve a casa; tu hijo vive”. El hombre creyó lo que Jesús le dijo, y se fue».
(Juan 4: 48-50)
Más que luz
«El noble quería ver el cumplimiento de su oración antes de creer; pero tuvo que aceptar el aserto de Jesús de que su petición había sido oída, y el beneficio otorgado. Tam-bién nosotros tenemos que aprender esta lección. Nues-tra fe en Cristo no debe estribar en que veamos o sintamos que él nos oye. Debemos confiar en sus pro me sas […]. Cuando hemos pedido su bendición, debemos creer que la recibimos y agradecerle de que la hemos recibido» (El Deseado de todas las gentes, cap. 20, p. 176).
¿Qué opinas?
¿Alguna vez has participado en alguna actividad para fomentar la confianza como el juego de la «caída hacia atrás» en el que te dejas caer de espaldas confiando en que tus compañeros te sostengan, o se te ha encomendado una tarea de mucha responsabilidad como la de cuidar niños? De ser así, escribe lo que has aprendido sobre la importancia de la confianza en estas actividades.
A Misuri se lo conoce como el estado «convénceme» de Estados Unidos, porque los habitantes de esa zona tienen fama de que primero tienen que ver para creer. Trata de recordar un momento de tu vida en el que preferiste ver algo antes de creerlo. Fue porque:
a. ¿Eres de Misuri?
b. ¿Creciste en Misuri?
c. ¿Conoces a alguien de Misuri?
d. ¿Se te hizo difícil confiar sin ver?
¿Lo sabías?
Hablando de «ver para creer», hace unas déca-das se realizó un estudio, ya clásico, en el que se realizaron pruebas con ni-ños pequeños para com- probar si los seres huma-nos nacemos con el mie do a caernos. Sobre una me-sa se colocaron varios be-bés que recién estaban aprendiendo a gatear, uno a la vez. Con una pla-taforma de acrílico trans-parente, formaron un puente hacia otra mesa idéntica. Casi todos los pequeños se negaron a ga tear sobre el acrílico por-que el puente transparen-te les daba la impresión de que podrían caerse.
Identifícate con la Historia
«Pasados esos dos días, Jesús salió de Samaria y siguió su viaje a Galilea. Por-que, como él mismo dijo, a un profeta no lo honran en su propia tierra. Cuando llegó a Galilea, los de aquella región lo recibieron bien, porque también habían ido a la fiesta de la Pascua a Jerusalén y habían visto todo lo que él hizo entonces.
«Jesús regresó a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Y había un alto oficial del rey que tenía un hijo enfermo en Capernaúm. Cuando el oficial supo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo y le rogó que fuera a su casa y sanara a su hijo, que estaba a punto de morir.
«Jesús le contestó: “Ustedes no creen, si no ven señales y milagros”.
«Pero el oficial le dijo: “Señor, ven pronto, antes que mi hijo se muera”. Jesús le dijo entonces: “Vuelve a casa; tu hijo vive. El hombre creyó lo que Jesús le dijo, y se fue. Mientras regresaba a su casa, sus criados salieron a su encuentro y le dijeron: “¡Tu hijo vive!”. Él les preguntó a qué hora había comenzado a sentir-se mejor su hijo, y le contestaron: “Ayer a la una de la tarde se le quitó la fiebre”.
El padre cayó entonces en la cuenta de que era la misma hora en que Jesús le dijo: “Tu hijo vive”; y él y toda su familia creyeron en Jesús.
Esta fue la segunda señal milagrosa que hizo Jesús, cuando volvió de Judea a Galilea» (Juan 4: 43-54).
Explica la Historia
Una vez que pidió que su hijo fuera sanado, el oficial creyó la palabra de Jesús y regresó a su casa, sabiendo que él sanaría a su hijo. Esto produjo un cambio en su deseo de «ver el cumplimiento de su oración antes de creer» (El Deseado de todas la gentes, cap. 20, p. 176).
¿Por qué crees que el oficial se acercó a Jesús primeramente?
En tu opinión, ¿qué ocasionó ese cambio de enfoque?
¿Qué significa que «nadie es profeta en su propia tierra»?
Marcos 13: 32 nos dice que habrá falsos cristos y falsos profetas en los últimos días haciendo «señales y maravillas» para engañar, de ser posible, aun a los escogidos. Compara esta advertencia con lo que Jesús dijo a la gente de Caná de Galilea sobre su deseo de ver señales y maravillas. ¿Qué puedes hacer para adoptar una posición diferente a la de «ver para creer» y confiar en la palabra de Jesús, como lo hizo el oficial de la realeza?
Puntos de Impacto
- «¿De dónde vienen las guerras y las peleas entre ustedes? ¿No es acaso de los malos deseos que siempre están luchando en su interior? Uste-des quieren algo, y no lo obtienen; matan, sienten envidia de alguna cosa, y como no la pueden conse-guir, luchan y se hacen la guerra. No consiguen lo que quieren porque no se lo piden a Dios; y si se lo pi-den, no lo reciben porque le piden mal, pues lo quieren para gastarlo en sus placeres» (Santiago 4: 1-3).
- «Después los otros discípulos le dije-ron: “Hemos visto al Señor”. Pero Tomás les contestó: “Si no veo en sus manos las heridas de los clavos, y si no meto mi dedo en ellas y mi mano en su costado, no lo podré creer”» (Juan 20: 25).
- «Jesús le dijo: “¿Crees porque me has visto? ¡Dichosos los que creen sin haber visto!”. Jesús hizo muchas otras señales milagrosas delante de sus discípulos, las cuales no están es-critas en este libro. Pero estas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengan vida por medio de él» (Juan 20: 29-31).
Puntos de Vista
- «Fe es creer lo que no vemos, y la recompensa de la fe es ver lo que creemos».— San Agustín, teólogo del siglo IV.
- «La fe espera de Dios lo que está más allá de toda expectativa».— Andrew Murray, autor y ministro del siglo XIX.
Aplica a tu Vida
Inicialmente el noble necesitaba ver para creer. Desarrollar la confianza equi-vale a desarrollar la fe. Una de las ma-ravillas de la gracia de Dios es que en la medida que crece nuestra fe, nos ma-ravillamos por las muchas bendiciones que desea darnos y cómo podemos glo-rificar a Dios con nuestra respuesta a su gracia. «Sin embargo, el noble tenía cierto grado de fe; pues había venido a pedir lo que le parecía la más preciosa de todas las bendiciones. Jesús tenía un don mayor que otorgarle. Deseaba no solo sanar al niño, sino hacer participar al oficial y su casa de las bendiciones de la salvación, y encender una luz en Capernaúm, que había de ser pronto campo de sus labores. Pero el noble debía comprender su necesidad antes de llegar a desear la gracia de Cristo» (El Deseado de todas las gentes, cap. 20, p. 174).
Imagina que estás en medio de la turba tratando de ver y escuchar al Hombre de Nazaret. De repente, sientes que te empujan mientras un hombre que luce afligido te hace a un lado. Te impresio-na la calidad de su ropa, su barba bien recortada y su mirada que expresa es-peranza y temor. El hombre llega hasta Jesús y logras escuchar su petición. Tie-ne que ver con su hijo, un muchacho muy enfermo que está al borde de la muerte. Te das cuenta de que él desea lo mismo que hay en tu corazón: ver una señal que te indique que en realidad este es el Mesías prometido. ¿Po-dría serlo ese Jesús, el ahora crecido ni ño de Nazaret? Solo una señal lo con- vencería. Seguidamente Jesús dice: «Us tedes no creen, si no ven señales y milagros».
Parece que finalmente verás la señal que esperabas. Sin embargo, en vez de eso, escuchas al funcionario forastero decir: «Señor, ven pronto, antes de que mi hijo muera». Su voz entrecortada penetra tu alma. Jesús le pone las manos sobre los hombros, lo mira profundamente a los ojos, y le dice suavemente: «Vuelve a casa; tu hijo vive».
Traigamos ahora la escena a nuestros días. Siempre se te ha advertido que de-bes estar alerta ante las señales y maravi-llas que no provienen de Dios. Sin em-bargo, es posible que quedes maravillado de ver cosas como esta. ¿Por qué siempre tenemos que pedir «señales»? ¿Qué se necesita para no ser engañados?
El oficial de la realeza inmediatamente cambió su actitud de «ver por la de creer», al momento de aceptar la palabra de Jesús y creyó sin ver que su hijo se había recu-perado. En El Deseado de todas las gentes se nos dice que él ni siquiera se apresuró para llegar a su casa. Tan grande era su fe, que para él bastó con la palabra de Je-sús. ¿Cuándo fue la última vez que tu fe estuvo así de sólida? ¿Por qué es tan im-portante para la fe sentir nuestra ne ce -sidad? ¿De qué manera sientes tu necesi-dad de la gracia de Dios?
El pasaje de la sección Más luz contie-ne la verdad que el pastor y autor Glenn Coon ha llamado «el ABC de la ora-ción», a lo largo de su prestigioso mi-nisterio con sede en Tennessee, Esta-dos unidos. Pedir, creer y clamar las promesas de Dios era el centro de su mensaje. Esta enseñanza sencilla pero efectiva ha llevado a miles a los pies de Jesús, renovado la fe de muchos cre-yentes y brindado paz y valor a quienes buscan sanidad. ¿Por quién o por qué cosa de tu vida te gustaría pedir, creer y clamar las bendiciones de Dios?
¿Alguna vez has pensado en lo maravillo-so que debió haber sido caminar literal-mente con Jesús mientras él dirigió a sus discípulos en un recorrido que sacudió al mundo? Con toda seguridad habrías visto y creído, ¿no es así? Pero la realidad es que estamos aquí en el siglo XXI. Jesús habló de nosotros cuando dijo: «¡Dichosos los que creen sin haber visto!». ¿Alguna vez has sentido como que en realidad estás caminando junto a Jesús?
¿Recuerdas algún momento en el que alguien te ofreció algo bueno sin nada a cambio? ¿Sentiste duda de que no hu-biera ningún interés oculto? Pero resul-tó ser cierto, exactamente como se ofre-cía. ¿Cómo te sentiste? ¿Qué respuesta tuviste para con la persona que te hizo la oferta?
«Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar conven-cidos de la realidad de cosas que no ve-mos» (Hebreos 11: 1). ¿Cuán fuerte es tu fe ahora?
Plan de lectura para esta semana*
El Deseado de todas las gentes (El Libertador), capítulo 20.
*Siguiendo este plan podrás leer al menos un libro cada año de la serie El
conflicto de los siglos.
📖 | L1 | L2 | L3 | L4 | L5 | L6 |
L7 | L8 | L9 | L10 | L11 | L12 | L13 |
Dios les bendiga!!!
COMENTARIOS