Lección Juveniles 2do Trimestre 2021, Juveniles 2 Trimestre 2021
Lección 3 de Juveniles
¿QUIERES RECOBRAR LA SALUD?
Muchas personas prefieren la esclavitud antes que la redención. ¿Es posible que el paralítico del estanque de Betesda fuera uno de ellos?
Juan 5
El Deseado de todas las gentes (El Libertador), capítulo 21.
«Cuando Jesús lo vio allí acostado y se enteró del mucho tiempo que llevaba así, le preguntó: “¿Quieres recobrar la salud?”. El enfermo le contestó: “Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se remueve el agua. Cada vez que quiero meterme, otro lo hace primero”. Jesús le dijo: “Levántate, alza tu camilla y anda”».
(Juan 5: 6-8)
Más que luz
«El enfermo estaba acostado en su estera, y levantaba ocasionalmente la cabeza para mirar al estanque, cuando un rostro tierno y compasivo se inclinó sobre él, y atrajeron su atención las palabras: “¿Quieres ser sano?”. La esperanza renació en su corazón […]. Jesús no pide a este enfermo que ejerza fe en él. Dice simplemente: “Levántate, toma tu lecho, y anda”. Pero la fe del hombre se aferra a esa palabra. En cada nervio y músculo pulsa una nueva vida, y se transmite a sus miembros inválidos una actividad sana» (El Deseado de todas las gentes, cap. 21, p. 178).
¿Qué opinas?
¿Cuáles de las siguientes decisiones crees que tienen las peores consecuencias? Pon en orden la lista de menor (1) a mayor (10), según la gravedad de las consecuencias por cada una de estas actividades.
_____ Estudiar o no en la universidad.
_____ Beber una cerveza en una fiesta.
_____ Aceptar a Jesús como tu Salvador personal.
_____ Copiarte en la escuela.
_____ Perdonar o no a un amigo que te traicionó.
_____ Visitar un sitio pornográfico en Internet.
_____ Permanecer virgen hasta el matrimonio.
_____ Asistir a la iglesia.
_____ Excederte del límite de velocidad.
_____ Ingerir bebidas que contienen cafeína.
¿Lo sabías?
Juan 5: 1 nos dice que Jesús estuvo en Jerusalén porque «los judíos celebraban una fiesta». Había tres fiestas que requerían que todos los varones judíos vinieran a Jerusalén: (1) la fiesta de la Pascua y de los panes sin levadura, (2) la fiesta de las semanas (también conocida como Pentecostés), y (3) la fiesta de los tabernáculos. Desde tiempos antiguos, los eruditos bíblicos han discutido sobre a cuál fiesta asistió Jesús cuando vino a Jerusalén y curó al paralítico del estanque de Betesda.
Identifícate con la Historia
«Algún tiempo después, los judíos celebraban una fiesta, y Jesús volvió a Jerusalén. En Jerusalén, cerca de la puerta llamada de las Ovejas, hay un estanque que en hebreo se llama Betzatá. Tiene cinco pórticos, en los cuales se encontraban muchos enfermos, ciegos, cojos y tullidos echados en el suelo. Había entre ellos un hombre que estaba enfermo desde hacía treinta y ocho años. Cuando Jesús lo vio allí acostado y se enteró del mucho tiempo que llevaba así, le preguntó: “¿Quieres recobrar la salud?”.
»El enfermo le contestó: “Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se remueve el agua. Cada vez que quiero meterme, otro lo hace primero”.
»Jesús le dijo: “Levántate, alza tu camilla y anda”. En aquel momento el hombre recobró la salud, alzó su camilla y comenzó a andar.
»Pero como era sábado, los judíos dijeron al que había sido sanado: “Hoy es sábado; no te está permitido llevar tu camilla”.
»Aquel hombre les contestó: “El que me devolvió la salud, me dijo: ‘Alza tu camilla y anda’”.
»Ellos le preguntaron: “¿Quién es el que te dijo: ‘Alza tu camilla y anda?’”.
»Pero el hombre no sabía quién lo había sanado, porque Jesús había desaparecido entre la multitud que había allí.
»Después Jesús lo encontró en el templo, y le dijo: “Mira, ahora que ya estás sano, no vuelvas a pecar, para que no te pase algo peor”. El hombre se fue y comunicó a los judíos que Jesús era quien le había devuelto la salud.
»Por eso los judíos perseguían a Jesús, pues hacía estas cosas en sábado. Pero Jesús les dijo: “Mi Padre siempre ha trabajado, y yo también trabajo”. Por esto, los judíos tenían aún más deseos de matarlo, porque no solamente no observaba el mandato sobre el sábado, sino que además se hacía igual a Dios al decir que Dios era su propio Padre.
Jesús les dijo: “Les aseguro que el Hijo de Dios no puede hacer nada por su propia cuenta; solamente hace lo que ve hacer al Padre. Todo lo que hace el Padre, también lo hace el Hijo”» (Juan 5: 1-19).
Explica la Historia
¿Por qué Jesús le preguntó al paralítico si quería recobrar la salud?
¿Por qué no supuso Jesús que este hombre deseaba ser sanado?
¿Qué te enseña esta historia sobre la libertad de decisión de los seres humanos?
¿Qué nos enseña esta historia sobre las consecuencias de nuestras decisiones?
¿Qué nos enseña esta historia sobre la observancia del sábado?
¿Qué nos enseña esta historia sobre preocuparnos por las necesidades de los demás?
Puntos de Impacto
- «Dios, que habita en su santo templo, es padre de los huérfanos y defensor de las viudas» (Salmo 68: 5).
- «Hay caminos que parecen derechos, pero al final de ellos está la muerte» (Proverbios 14: 12).
- «De manera que todavía queda un reposo sagrado para el pueblo de Dios; porque el que entra en ese reposo de Dios, reposa de su trabajo, así como Dios reposó del suyo. Debemos, pues, esforzarnos por entrar en ese reposo, para que nadie siga el ejemplo de aquellos que no creyeron» (Hebreos 4: 9-11).
- «Jesús añadió: “El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado. Por esto, el Hijo del hombre tiene autoridad también sobre el sábado”» (Marcos 2: 27, 28).
- «Es fácil ver lo que hacen quienes siguen los malos deseos: cometen inmoralidades sexuales, hacen cosas impuras y viciosas, adoran ídolos y practican la brujería. Mantienen odios, discordias y celos. Se enojan fácilmente, causan rivalidades, divisiones y partidismos. Son envidiosos, borrachos, glotones y otras cosas parecidas. Les advierto a ustedes, como ya antes lo he hecho, que los que así se portan no tendrán parte en el reino de Dios» (Gálatas 5: 19-21).
Puntos de Vista
- «Es muy fácil reducir el cristianismo a una lista de acciones que puedes hacer o no hacer […]. No tienes que pensar con sutileza ni tomar decisiones difíciles. No tienes que relacionarte personalmente con un Dios exigente y amante».— Robert C. Roberts en The Reformed Journal (febrero de 1987); citado en Christianity Today, t. 31, no 9.
- «La mayoría de la gente pasa los primeros seis días de la semana haciendo de las suyas. El último día de la semana van a la iglesia a tratar de deshacerlo».— Fred Allen, comediante estadounidense (1894-1956).
- «En julio del 2006, el mundialmente famoso experto en genética William French Anderson fue declarado culpable por acoso sexual a unos niños. En una conferencia de prensa, su abogado dijo: “El hecho de que una persona tenga un coeficiente intelectual de 176 no quiere decir que tiene un buen juicio”».— «The Buzz», World (29 de julio de 2006), p.12.
Aplica a tu Vida
Piensa en la decisión más sabia que alguna vez has tomado. ¿Por qué se te vino a la mente esa decisión específica como la más sabia? ¿Cuáles fueron las consecuencias de esa decisión? ¿Qué aprendiste sobre la importancia de tomar decisiones correctas?
Un día Jesús caminaba por las calles de Jerusalén, cuando se encontró con un hombre que había sido paralítico durante 38 años. Debido a su fama de sanador, la presencia de Jesús electrizó a la turba. Las personas se preguntaban: ¿Có mo irá Jesús a sanar a este hombre? ¿Dará simplemente una orden? ¿Se inclinará para tocarlo? Sentían que estaban frente a un milagro inminente. Como era su costumbre, Jesús los sor pren dió a todos. Se arrodilló al lado del inválido y le hizo la pregunta más extraña registrada en las Escrituras: «¿Quieres recobrar la salud?». ¿Qué clase de insulto y pregunta tan carente de sentido era esa? Aquí estaba un hombre que no podía caminar, correr ni saltar, atrapado en un cuerpo prácticamente inutilizado, y a Jesús se le ocurre preguntarle si deseaba ser sanado. ¡Por supuesto que ese era su mayor anhelo! ¿Verdad? O tal vez no. Probablemente este hombre paralizado tenía un sistema de vida debido al cual sus discapacidades le servían de mucho. Quizá sus amistades lo consentían por causa de su parálisis. Tal vez le traían alimentos y lavaban su ropa. A lo mejor disfrutaba al no tener las exigencias de forjar y ejercer una carrera, hallar una esposa, y criar hijos. ¿Será que este hombre alimentaba en secreto su discapacidad? Después de todo, permanecer acostado todo el día al lado de una piscina no pareciera ser tan difícil.
¿Hay en tu vida algún padecimiento del cual Jesús podría preguntarte si realmente quieres liberarte? ¿Por qué crees que a veces las personas podrían preferir la esclavitud antes que la libertad?
El Texto clave nos dice que «Jesús lo vio allí acostado […]». Elena G. de White amplía la escena:
«Pero el Salvador vio un caso de miseria suprema. Era el de un hombre que había estado imposibilitado durante treinta y ocho años. Su enfermedad era en gran parte el resultado de su propio pecado y considerada como juicio de Dios. Solo y sin amigos, sin tiéndose privado de la miseri cordia de Dios, el enfermo había sufrido largos años» (El Deseado de todas las gentes, cap. 21, p. 178).
Lee la sección Más luz de esta semana. ¿Qué quiso decir Elena G. de White con «Jesús no pide a este enfermo que ejerza fe en él. Dice simplemente: “Levántate, toma tu lecho, y anda”»? ¿Acaso levantarse no es un acto de fe? Explica tu respuesta.
Escribe tu propia versión contemporánea de uno de los Puntos de impacto.
¿Cómo se aplica tu versión a la vida real actual?
Si Jesús se apareciera frente a ti y te preguntara si quieres recuperar la salud, ¿qué le responderías? ¿De qué le pedirías que te sanara?
Elena G. de White presenta la siguiente percepción sobre el paralítico: «Por la misma fe podemos recibir curación espiritual. El pecado nos separó de la vida de Dios. Nuestra alma está paralizada. Por nosotros mismos somos tan incapaces de vivir una vida santa co mo aquel lisiado lo era de caminar […]. Cristo puede y anhela libraros. El impartirá vida al alma de los que “estabais muertos en vuestros delitos” (Efe. 2: 1). Librará al cautivo que está sujeto por la debilidad, la desgracia y las cadenas del pecado» (El Deseado de todas las gentes, cap. 21 p. 179). Preguntas que deben considerarse:
¿Cuál es el estado de mi salud espiritual?
¿Me hago más fuerte o más débil en el Señor?
¿De qué «anhela» librarme Cristo?
Plan de lectura para esta semana*
El Deseado de todas las gentes (El Libertador), capítulo 21.
*Siguiendo este plan podrás leer al menos un libro cada año de la serie El
conflicto de los siglos.
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Dios les bendiga!!!
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