Lección 1 de Primarios
MÁS FUERTE QUE LOS ÍDOLOS DE EGIPTO
Tara escuchó las historias contadas en la Escuela Bíblica de Vacaciones. Pensó mucho en ellas. Hablaban del amor de Dios por cada persona de este mundo. “Hay tantas personas en el mundo —pensó—. ¿Será que Dios realmente se interesa en mí?”
¿Y tú qué piensas? ¿Crees que Dios cuida de ti?
Exodo 3:1-10; 6:28 - 10:29;Patriarcas y profetas, pp. 254-257, 262-278.
"Porque tú eres grande y haces maravillas; ¡Sólo tú eres Dios!" (Salmo 86:10).
Dios está obrando para llegar a mi corazón.
La brisa fresca y temprana de la mañana soplaba sobre la barba de Moisés mientras él y su hermano Aarón estaban de pie a la orilla del gran río Nilo.
—Allí viene —dijo quedamente Moisés.
—¿Qué quieren ahora? —gruñó el faraón al llegar a la ribera.
Moisés dio un paso adelante: —El Señor, Dios de los hebreos, me ha enviado a decirte: “Deja ir a mi pueblo —dice el Señor—. Vas a darte cuenta que yo soy el Señor”. Voy a golpear las aguas del Nilo con esta vara y el río se volverá sangre. Los peces que están en él morirán y las aguas olerán muy mal. Los egipcios no podrán tomar agua del Nilo.
Y ocurrió tal como Moisés lo dijo. En todas partes de Egipto el agua se volvió sangre, aun el agua que la gente había guardado dentro de sus casas.
Pero el faraón no quería dejar ir al pueblo de Dios. No quería quedarse sin sus esclavos. Después de todo, habían sido esclavos en Egipto por más de 400 años.
—Vé nuevamente ante el faraón —le dijo Dios—. Dile que enviaré millones de ranas a Egipto. ¡Habrá ranas por todas partes, aun en las habitaciones de la gente y hasta en sus camas! Moisés le dijo al faraón las palabras que Dios le habló. Y ocurrió tal como Moisés dijo; ¡Había ranas por todas partes y estaban volviendo locos a los egipcios!
—¡Haz que desaparezcan estas ranas y dejaré ir a tu pueblo! —le gritó el
faraón a Moisés.
Así que el Señor hizo que cesara la plaga y murieron todas las ranas. Pero el
faraón no dejó ir al pueblo de Dios.
El Señor le habló nuevamente a Moisés:
—Dile a Aarón que golpee el suelo con su vara. El polvo se convertirá en piojos.
Aarón lo hizo así y de pronto la tierra de Egipto se vio cubierta de pequeños y molestos piojos. Había piojos en los hombres y también en los animales. ¡Los piojos estaban volviendo locos a los egipcios! Pero ni aun así el faraón dejaba ir al pueblo de Dios.
De nuevo el Señor le habló a Moisés:
—Dile al faraón que si se niega a dejar ir a mi pueblo, enviaré a Egipto una multitud de moscas. Se llenarán de moscas las casas y también el suelo se cubrirá con ellas. Pero no habrá moscas en Gosén, donde vive mi pueblo. Yo soy el Señor y tengo poder sobre este país.
Moisés le dijo a faraón las palabras del Señor. Y ocurrió como lo dijo Moisés.
—¡Llévate estas horribles moscas! —gritó el faraón—. ¡Voy a dejar ir a tu pueblo!
Así que el Señor hizo que desaparecieran las moscas hasta no quedar ninguna.
Pero faraón no dejó ir al pueblo de Dios.
El Señor trató de llegar al corazón de faraón cinco veces más. Trató de mostrarle que él era el Señor Todopoderoso. Los egipcios adoraban muchos dioses y el Señor usó cada plaga para mostrarle al faraón que sus dioses eran inútiles.
Murieron todos los caballos, asnos, camellos, vacas y ovejas de los egipcios. (Los egipcios adoraban al dios toro y a la diosa vaca.) Pero los animales de los israelitas no murieron.
Luego aparecieron llagas muy dolorosas en los egipcios. (Los egipcios adoraban a un dios con cabeza de león que tenía supuestamente poder sobre las enfermedades.)
Entonces el Señor envió una tremenda tempestad de granizo que destruyó todos los árboles y sembrados. (Los egipcios adoraban a un dios del cielo y a un dios de la tormenta.) Pero el granizo no cayó donde vivían los israelitas.
Entonces el Señor cubrió la tierra de Egipto de langostas. Las langostas se
comieron todo lo verde que había quedado en el campo y llenaron las casas. El
dios egipcio de las cosechas no pudo salvarlos.
Finalmente una terrible y profunda oscuridad cubrió a Egipto durante tres
días. Su dios sol no pudo ayudar a los egipcios. Pero había luz en las casas
de los israelitas.
El Señor le había dado al faraón nueve oportunidades para que comprendiera que él era mucho más grande y poderoso que los dioses falsos de Egipto. Trató una y otra vez de hablar con el faraón de un modo tal que lo pudiera entender. Lo intentaría una vez más.
📖 | L1 | L2 | L3 | L4 | L5 | L6 |
L7 | L8 | L9 | L10 | L11 | L12 | L13 |
Dios les bendiga!!!
Gracias por publicar las lecciones de cada sábado y de cada departamento. Podrían colocar algunas imágenes en blanco y negro de los mismos que están en colores y así poder imprimir para darle a los niños para pintar?
ResponderBorrar