Lección 2 de Primarios
UNA NOCHE PARA RECORDAR
Los cumpleaños son generalmente celebraciones divertidas. ¿Cómo celebras tu cumpleaños? ¿Hay algunos días especiales que celebran en tu ciudad o en tu país? Hay un día nacional en que se celebra algún gran acontecimiento en la historia de tu país. Esas celebraciones nos ayudan a recordar cosas importantes.
Éxodo 12; Patriarcas y profetas, pp. 279-285.
"Prefiero recordar las hazañas del Señor, traer a la memoria sus milagros" (Salmo 77:11).
Las celebraciones nos ayudan a recordar lo que Dios ha hecho por nosotros.
Moisés salió del palacio del faraón y comenzó a caminar hacia Gosén, la parte de Egipto donde vivían los israelitas.
La voz del faraón todavía resonaba en los oídos de Moisés.
—¡Vete de mi vista! —le había gritado faraón—. ¡No quiero verte nunca más!
Moisés sabía que había llegado la hora definitiva. Se levantó un poco su manto y caminó más de prisa. Pensó en todo lo que había ocurrido desde la primera vez que Dios se le había aparecido.
Había hecho milagros en la corte de faraón y le había pedido que dejara en libertad a los israelitas. Pero el faraón no se había impresionado. En lo único en que el faraón podía pensar era lo que pasaría si Egipto perdía todo el trabajo de esos esclavos.
Habían venido nueve plagas: el río Nilo se convirtió en sangre, luego las ranas, los piojos, las moscas y todas las demás plagas. Faraón había estado a punto de dejar ir a los israelitas una o dos veces, pero al final había rehusado. Pero ahora... este sería el fin. Pronto, muy pronto dejarían Egipto.
Moisés reunió rápidamente a los israelitas para darles el último mensaje de Dios:
—Escuchen —les dijo Moisés—, y sigan cuidadosamente estas instrucciones. Cada familia debe escoger un cordero macho, de un año. Al atardecer de hoy cada padre de familia debe matar el cordero y guardar un poco de su sangre. Cada padre debe sumergir una rama de hisopo en esa sangre y usar esa rama para untar un poco de ella arriba y en los lados del dintel de la puerta de su casa. Después que se haya puesto la sangre en los postes de la puerta de su casa, nadie puede salir afuera hasta la mañana.
—Es muy, muy importante que hagan esto —les dijo Moisés—. Hoy a la media noche pasará el Señor por la tierra de Egipto.
Destruirá al primogénito de cada familia, desde el palacio del faraón hasta el prisionero en la cárcel. Pero el Señor pasará por alto las casas que tengan la sangre untada en los postes de la puerta de su casa. ¿Lo han entendido bien? Un murmullo de aprobación se escuchó de parte de la multitud presente.
—Entonces deben llevar al cordero dentro de la casa y asarlo entero —les dijo ahora Moisés—.
Cómanlo esta noche con hierbas amargas y pan sin levadura. Si queda algo del cordero, quémenlo en el fuego. No guarden ningún sobrante. Si su familia es demasiado pequeña para terminarse un cordero entero, júntense con un vecino para comerlo entre todos. Pero ambos deben untar la sangre en los dinteles de sus casas.
Nuevamente se oyó el murmullo de aprobación de la multitud.
—Hay algo más —les explicó Moisés—. Deben comer de pie, con sus zapatos y abrigo puestos y con su bordón (bastón o palo largo) en la mano. Cómanlo apresuradamente. Esta será su última comida en Egipto. Esta noche el Señor nos libertará.
Moisés observó a las familias que se apresuraban rumbo a su casa para escoger el cordero para esta cena. “Esta es la primera Pascua —pensó Moisés—. Celebraremos lo que Dios va a hacer entre nosotros. Pero la celebraremos también el año entrante y entonces celebraremos lo que Dios hizo por nosotros. ¡Estaremos libres! Y ese año y año tras año recordaremos la bondad de Dios al sacarnos de la esclavitud”.
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Dios les bendiga!!!
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