Lección 8 de Primarios

SU NOMBRE ES JUAN

jackie estaba emocionada! Acababa de recibir un mensaje de su abuela.
Jackie leyó el mensaje vez tras vez. “Te voy a visitar el próximo mes y tengo una sorpresa para ti”
¡Qué emoción! Debo ayudar a mi mamá a tener todas las cosas listas, pensó Jackie.
Jackie corrió a la cocina. “Mamá” rogó, “quiero ayudarte a tener todo listo para la visita de mi abuelita. Por favor dime qué puedo hacer”.
Otro día, en otro tiempo, un ángel entregó un mensaje a un anciano. Un mensaje que cambiaría el mundo.

Texto y clase de referencias:
Mateo 3; Marcos 1:1-12; Lucas 1:5-25,57-80;
El Deseado de todas las gentes, pp. 72-85.

Versículo para memorizar:
“Porque irás delante del Señor, para prepararle el camino” (Lucas 1:76, NVI).

Mensaje:
Podemos preparar el camino para Jesús cuando servimos a otros.

Elizabeth y Zacarías durante muchos años habían anhelado tener un hijo. Pero cuando envejecieron, perdieron la esperanza.

Zacarías era uno de los muchos sacerdotes del templo. Ellos se turnaban para servir una semana a la vez en el Templo de Jerusalén. Sólo una vez en su vida un sacerdote podía entrar al lugar santo. Era un gran honor quemar el incienso sobre el altar de oro que había allí. Entonces el sacerdote oraba por el perdón de los pecados de todo el pueblo. Y oraba fervientemente por la pronta venida del Mesías. Zacarías había anhelado ese día en su vida. Ahora, siendo un anciano, estaba emocionado porque le había llegado el turno.

Solemnemente, Zacarías esparció el polvo del incienso en los carbones encendidos. una nube de humo suave y perfumado llenó el Lugar Santo.

De pronto Zacarías tuvo la sensación que no se encontraba solo. Abrió los ojos, y ¡allí estaba parado un ángel a la mano derecha del altar! ¡Zacarías temblaba de miedo!

“No temas, Zacarías, Dios ha escuchado tu oración”, le dijo el ángel. “Tu esposa Elizabeth tendrá un hijo. Lo llamarás Juan. Él irá delante del Señor para prepararle el camino.

¿Un niño a esta edad?, Zacarías dudó de las palabras del ángel. Así que el ángel le dio una señal. “Como no has creído en mis palabras, quedarás mudo y no podrás hablar hasta el día que esto suceda”. y luego el ángel desapareció.

Zacarías abrió su boca para empezar a orar por el pueblo, pero nada salió. No pudo pronunciar palabra alguna.

Durante todo ese tiempo, Zacarías había estado en el Lugar Santo. La gente afuera empezó a preguntarse qué le habría ocurrido. Cuando finalmente salió, su rostro resplandecía extrañamente. Tranquilamente, Zacarías les hizo señas de que había visto a un ángel. Zacarías se apresuró para ir a su casa.

Trató de decirle a Elizabeth lo que le había sucedido, pero no pudo hablar. Tuvo que escribir y hacer señas con las manos para darle a su esposa la maravillosa noticia. ¡Tendrían un hijo, un hijo muy especial! Un hijo que se llamaría Juan. ¡Un ángel se lo había declarado!

Meses más tarde nació el niño. Las amistades de Elizabeth vinieron a ver al bebé recién nacido. “Su nombre será Juan”, les anunció Elizabeth.

“¿Juan? Ninguno en la familia se llama Juan, ¿por qué no lo llaman Zacarías?” urgían las mujeres.

Elizabeth miró a su esposo. Zacarías movió la cabeza y pidió que trajeran una pizarra. Rápidamente escribió para que todos lo pudieran ver. “Su nombre es Juan”.

Inmediatamente le volvió la voz al anciano sacerdote. Le habló a la gente, y dio gracias a Dios por esa bendición.

Juan creció en el desierto, donde aprendió a servir. A menudo Zacarías le contaba a Juan acerca del ángel en el altar: “Dios tiene un trabajo especial para ti”, le decía Zacarías. “Irás delante del Señor para prepararle el camino”.

Cuando Juan creció invitaba a la gente a arrepentirse de sus pecados y bautizarse. Ayudó a muchas personas a estar listas para encontrarse con Jesús.

Dios tiene un lugar especial en su plan para ti también. Podemos preparar el camino para Jesús al servir a otros y atendiendo sus necesidades de esta manera la gente estará más dispuesta para aprender acerca de Jesús.

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