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Intermediarios | Lección 2: Talento que se volvió tóxico | 4to Trimestre 2021 | Año B

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Lección 2 de Intermediarios

TALENTO QUE SE VOLVIÓ TÓXICO

 

Tu familia está sentada en la mesa, y todos parecen estar hablando al mismo tiempo. Tú quieres decir algo, ¿pero cómo logras llamar su atención? ¿Qué harías si lo que tienes que decir es realmente importante? ¿Le darías un golpe a la mesa? He aquí la historia de un hombre joven que estuvo tratando de llamar la atención de su padre ¡por dos años!


Texto y clase de referencias:
2 Samuel 14:25-15:37; Patriarcas y profetas, pp. 787-807
Versículo para memorizar:
“Más valen dos que uno; porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quién lo levante”. (Eclesiastés 4:9,10, NVI).
Mensaje:
Logramos más si trabajamos junto a alguien, en vez de en contra de alguien.

 

“El campo de Joab está junto al mío”, le dijo Absalón a sus siervos. “¡Préndanle fuego!”

Absalón había estado esperando dos años para poder hablar con su padre, el rey David, y aún no había sido llamado. Sabía que su padre había estado molesto con él desde que asesinó a Amnón, otro de los hijos de David. Absalón había huido por un tiempo, pero estaba ahora de regreso en Jerusalén por permiso del Rey. Pero ya no era como en los viejos tiempos, no se le permitía vivir en el palacio con los privilegios de príncipe que tuvo alguna vez. Así que llamó a Joab, la mano derecha de David, pero éste le dio la espalda y no vino. Tampoco cuando lo llamó por segunda vez. Finalmente Absalón decidió tomar medidas drásticas, poniendo fuego al campo de Joab, a fin de llamar su atención.

¡Sí que lo logró! Joab vino corriendo a ver a Absalón.

“Estoy harto y cansado de vivir en Jerusalén, ignorado por todos, sin poder ver al Rey. Debí haberme quedado en Gesur”, dijo Absalón, pues estaba acostumbrado a resolver las cosas a su manera. Después de todo, él era un príncipe, ¡y muy apuesto, por cierto! No había en su cuerpo defecto alguno, desde sus pies bien formados, hasta su gruesa y brillante cabellera. Cada año tenía que cortarla, no porque no le gustara llevar el cabello largo, ¡sino porque le pesaba!

Finalmente, se le concedió a Absalón aparecer ante el Rey. Se inclinó respetuosamente ante su padre, quien le mostró aceptación besándolo. Superficialmente, parecía que la relación había mejorado. Sin embargo, aún quedaban grandes problemas.

Sabrás que Absalón tenía unas raíces de amargura enraizadas en lo más profundo de su corazón. Sentía que nunca le habían brindado la atención que se merecía, y ahora estaba decidido a obtenerla por sí mismo. Alquiló un carro y caballos y 50 hombres que corrían delante de él mientras paseaba por todo Jerusalén. También empezó a pararse en la puerta principal de la ciudad, por la que pasaba gente de todas partes del reino a traer sus problemas legales ante el Rey.

“¿De dónde eres?” preguntaba Absalón con voz amigable, y luego que la persona había hablado por un rato, él comenzaba su discurso. “Bien, el asunto que te trae a Jerusalén es importante, pero desafortunadamente nunca llegará a oídos del Rey” les decía. “Cómo me gustaría poder hacerme cargo de estos asuntos, yo me aseguraría de que todos fueran tratados justamente”. Entonces besaba a la persona afectuosamente, algo que era costumbre entre los hombres de aquél tiempo. ¡Este hombre sabía realmente como mantener de su lado a las personas! Pronto, muchos de ellos estuvieron listos para seguirlo a él en lugar de David.

Simulando salir de la ciudad hacia una ceremonia religiosa, Absalón envió mensajeros por todo el país que decían: “Cuando oigáis el sonido de la trompeta diréis, “¡Absalón es rey en Hebrón!”. El rencor enraizado en el corazón de Absalón se había convertido en una rebelión.


La noticia de la rebelión de Absalón pronto llegó a Jerusalén a oídos de los siervos de David. “¡El pueblo de Israel se está levantando contra ti, con Absalón como líder!” Anunció un mensajero real del palacio. David supo que era hora de huír. Más de 600 personas, incluyendo a David, abandonaron ese día Jerusalén, para poner sus vidas a salvo. Muchos permanecieron fieles al rey, como el extranjero Itai, y los levitas que llevaban el Arca. Otros, sin embargo, se rebelaron, como Ahitofel el consejero de David, que se unió a las fuerzas de Absalón. La confusión reinaba mientras los fugitivos cruzaban el Torrente de Cedrón y se apresuraban a esconderse en el desierto.

David pensó que el Arca no debía ir con él, así que la envió de vuelta a Jerusalén con Sadoc, el sacerdote, y sus hijos. “Yo me quedaré hasta que ustedes me informen de la situación” les dijo David. Así que Sadoc y sus hijos regresaron el Arca a Jerusalén y permanecieron allí, listos para enviar noticias al rey cuando fuera necesario. Más tarde, uno de estos mensajes salvó la vida de David, pero esa ya es otra historia.

 

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Dios les bendiga!!!

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