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Primarios | Lección 9: De regreso al futuro | 4to Trimestre 2022 | Año C

Lección 9 de Primarios

DE REGRESO AL FUTURO

 

Carlos sabía andar en bicicleta, pero su hermanita Sarita no sabía. Como ella quería aprender, le rogaba a su hermano:

—Carlos, enséñame a andar en bicicleta.

—Te enseñaré mañana cuando regrese de la escuela —prometió Carlos—. Ahora quiero ir a la casa de Juan.

Cuando Carlos regresó de la escuela al día siguiente bajó de la bicicleta. Sarita fue a su encuentro. Pero Carlos le dijo:

—Te veré más tarde Sarita. Juan me pidió que fuera a jugar a la pelota con él.

—Pero prometiste enseñarme hoy después de las clases —le dijo Sarita llorando.

—No puedo hacerlo hoy. Juan está esperándome —contestó Carlos y se fue en su bicicleta.

¿Cumplió Carlos su promesa?


Texto y clase de referencias:
Miqueas 5:2; Mateo 2:1; Isaías 53; Marcos 15:22-39; Hechos 1:9-11; El Deseado de todas las gentes, pp. 198-210, 436, 581, 582, 769-771.
Versículo para memorizar:
“Ustedes bien saben que ninguna de las buenas promesas del Señor su Dios ha dejado de cumplirse al pie de la letra. Todas se han hecho realidad, pues él no ha faltado a ninguna de ellas” (Josué 23:14).
Mensaje:
Sé que Dios cumple sus promesas, porque las profecías bíblicas se han cumplido.

 

Dios prometió a los judíos un Rey que los salvaría y les daría paz (Miqueas 5:2, 4, 5). Les reveló el lugar donde nacería. “Pero de ti, Belén [...], saldrá el que gobernará a Israel; sus orígenes se remontan hasta la antigüedad, hasta tiempos inmemoriales” (Miqueas 5:2). Esta promesa la hizo Dios 700 años antes de su cumplimiento.

Entonces, 700 años después nació un bebe en Belén. El nacimiento de este bebé fue anunciado por ángeles del cielo. La gente escuchó a los ángeles. El Padre de este bebé era Dios. Él era definidamente alguien que existía desde “los días de la eternidad”. Era Emanuel, que significa “Dios con nosotros”. Él salvaría a su pueblo de sus pecados (Mateo 1:20-23). ¡Dios cumple sus promesas!

El profeta Miqueas dijo que el rey prometido “surgirá [...] para pastorearlos con el poder del Señor, [y] él dominará hasta los confines de la tierra” (Miqueas 5:4). Esta era una promesa que llenaba de entusiasmo, porque los judios habían sido tratados como siervos durante muchos años.

Cuando Jesús se hizo hombre, se llamó a sí mismo el “buen pastor” que da su vida por sus ovejas (Juan 10:14, 15). ¡Dios cumple sus promesas!

Y Jesús dio su vida por los pecados de todo el mundo (1 Corintios 15:3). Dios prometió más aún acerca de Jesús por medio de los profetas. Jesús sufriría y moriría para salvar a su pueblo de sus pecados (Isaías 53:7, 12). Isaías escribió que Jesús sabía lo que era el sufrimiento. “Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; [...] y gracias a sus heridas fuimos sanados. [...] Pero el Señor hizo recaer sobre él la iniquidad de todos nosotros. [...] Cargó con el pecado de muchos” (Isaías 53:3, 5, 12). Sí, Jesús verdaderamente murió para salvarnos a ti y a mí. ¡Dios cumple sus promesas!

Cierto sábado Jesús estaba en la sinagoga. Lo habían invitado a leer de la Escritura, que en ese tiempo eran rollos escritos. Jesús leyó acerca de una promesa de Isaías. Dios ungiría a alguien para que predicara las buenas nuevas a los pobres, que proclamara libertad para los prisioneros y restaurara la vista a los ciegos (Isaías 61:1). Todos escuchaban con atención. Después Jesús enrolló el rollo y lo entregó a un ayudante. Se sentó para dirigir los comentarios. Entonces anunció: “Hoy se cumple esta Escritura en presencia de ustedes” (Lucas 4:21). Con eso decía claramente: “Yo soy la persona prometida. ¡Esta promesa se ha cumplido!”.

Ahora es nuestro tiempo, el tiempo del fin. Estamos esperando el cumplimiento de la última promesa, de la promesa hecha por ángeles justamente después de la ascensión de Jesús. ¿La recuerdas? “Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre ustedes al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse” (Hechos 1:11). Jesús mismo dijo:

“Vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté” (Juan 14:3).

Todas las demás promesas dadas por Dios en la Biblia se cumplieron o se cumplirán. Y la promesa de su segunda venida también se cumplirá. Podemos creer esta promesa, porque Dios cumple sus promesas. ¡Jesús volverá!

 

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Dios les bendiga!!!

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