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Intermediarios | Lección 13: Los sueños se hacen realidad | 1er Trimestre 2022 | Año C

Lección 13 de Intermediarios

LOS SUEÑOS SE HACEN REALIDAD

 

¿Alguna vez alguien te hizo algo tan malo, que pensaste que nunca lo podrías perdonar? Preferiste ignorarlo que enfrentarlo. Lo evitaste, y no podías ni mirarlo cuando pasabas a su lado. ¿Cómo crees que se sintió José cuando se encontró cara a cara con sus hermanos?


Texto y clase de referencias:
Génesis 42:1-45:11; 50:15-21.
Versículo para memorizar:
“Sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo” (Efesios 4:32).
Mensaje:
Debemos perdonarnos y respetarnos unos a otros porque Dios nos perdonó primero.

 

—Bueno —comenzó diciendo la señora González—, imaginen esto: Es un día caluroso y seco. Tan seco, que pareciera que el sudor se evaporara justo en el momento que brota de la piel.

José revisa los documentos que ha estado sellando, y echa un vistazo a las personas que hacen fila esperando para comprar granos. Vienen a Egipto de todas partes del mundo, según parece, y la fila crece cada día más.

José se levanta, y le indica a sus asistentes que va a tomar un descanso. Mira nuevamente a los fatigados y polvorientos viajeros, pero de repente, se queda perplejo. Hay un grupo de hombres al final de la fila que le parecen familiares. Se parecen mucho a sus diez hermanos mayores. ¡Son sus diez hermanos mayores!

—Ahora —preguntó la maestra—, ¿cómo creen que se sintió José?

—Probablemente estaba conmocionado —respondió Mariana.

—No estoy tan seguro de eso —dijo Mateo—. Si había gente de todo el mundo. Por lo menos debería haber pensado que sus hermanos se iban a aparecer.

—Ese es un buen razonamiento —dijo la Sra. González—. De hecho, tal vez esperaba volver a verlos, a causa del sueño que había tenido cuando era un adolescente. ¿Recuerdan el sueño en el que José y sus hermanos estaban atando los manojos de espigas? El manojo de José se levantó, y los de los hermanos se reunieron alrededor para inclinarse delante de él.

—Me imagino que querría vengarse de sus hermanos —dijo Lucas.

—¿Qué podía haber hecho José con ellos? —preguntó la Sra. González.

—Bueno, podía haber rechazado venderles el grano y enviarlos de vuelta a casa a morirse de hambre. O tal vez ponerlos en prisión para siempre. O hasta matarlos —respondió Lucas.

—José ciertamente tenía el poder de hacer con ellos lo que quisiera —dijo Oscar—. Después de todo, lo habían vendido como un esclavo. Fue como una especie de secuestro.

—Es verdad —dijo la Sra. González—. Hubiese parecido justo que José los hubiera enviado a la cárcel, o incluso que los hubiera vendido como esclavos. Pero José estaba convencido de que Dios estaba guiando su vida. Escuchen lo que les dijo: “No se entristezcan de haberme enviado aquí, pues Dios lo hizo. Él me envió aquí para mantenerlos a ustedes y a sus familias a salvo, a fin de que se convirtieran en una gran nación”. [Ver Génesis 45:5-8]. Creo que José pudo perdonar el gran mal que le hicieron sus hermanos porque él podía ver a Dios obrando en su vida.


—Y José amaba a Dios —añadió Oscar—, y cuando amamos a Dios de corazón, ¿no nos parecemos más a él? José quiso perdonar a sus hermanos porque Dios siempre nos perdona a nosotros.

La Sra. González dejó ver su sonrisa especial, esa que siempre llenaba su rostro cuando se sentía complacida por alguna respuesta.

—Creo que diste en un punto muy importante —dijo—. José perdonó a sus hermanos, les dio alimento, les dio un hogar en Egipto, y cuidó de ellos durante toda la sequía. Eso es actuar como lo hubiera hecho Dios, ¿no les parece?

Pero consideren esto: ¿Creen que los hermanos de José se sintieron realmente perdonados?

La clase permaneció en silencio.

—No, no creo —dijo Mariana alzando la mano—. Porque cuando su padre Jacob murió, estaban asustados de que José finalmente se vengaría de ellos.

—Creo que eso también a veces nos pasa a nosotros —dijo la Sra. González—. Algunas veces no creemos que Dios nos ha perdonado realmente. ¿Puede alguien por favor leer Génesis 50:21 para nosotros?

—Lo tengo —dijo Mateo—. “No tengan miedo, yo cuidaré de ustedes y de sus hijos. Y así con el corazón en la mano, José los reconfortó”.

Oscar agitó su brazo. Agitaba ambos brazos en el aire.

—¡Yo sé! ¡Yo sé lo que va a decir! —exclamó—. ¡Va a decir que esa historia está en la Biblia para ayudarnos a tener una mejor imagen de Dios y de cómo él nos trata!

La Sra. González caminó por entre los pupitres y chocó su mano en el aire con la de Oscar.

—Tienes razón —dijo—. Eso era exactamente lo que iba a decir.

 

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Dios les bendiga!!!

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