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Intermediarios | Lección 12: Sueños, viajes y una estrella | 4to Trimestre 2022 | Año C

Lección 12 de Intermediarios

SUEÑOS, VIAJES Y UNA ESTRELLA

 

¿Te preguntaste alguna vez qué debías hacer o hacia dónde ir? ¿Deseaste haber tenido un guía? En esta historia, varias personas recibieron dirección de Dios.


Texto y clase de referencias:
Mateo 2:1-15; El Deseado de todas las gentes, pp. 45-48.
Versículo para memorizar:
“El Señor te guiará siempre; te saciará en tierras resecas, y fortalecerá tus huesos. Serás como jardín bien regado, como manantial cuyas aguas no se agotan” (Isaías 58:11).
Mensaje:
Adoramos a Dios cuando seguimos su dirección.

 

A medida que oscurecía, tres hombres sabios procuraban ver la nueva estrella que habían visto por primera vez la noche anterior.

—¡Miren, ahí está otra vez! Es como si nos hiciera señas para que la sigamos —dijo el primero.

—Tú y tus estrellas que hablan. Pero es posible que esta vez estés en lo cierto —replicó el segundo y volvió a examinar sus rollos escritos—. Según la profecía de Balaam, una estrella saldría de Jacob, y según los escritos de Daniel, el tiempo para la venida del Mesías estaba cerca.

Los sabios del oriente de Judea continuaron su estudio y sus comentarios hasta bien entrada la noche.

Esa noche hasta soñaron con la estrella, las profecías y el niño Rey que sería el Salvador de todas las naciones. Dios los impresionó en sus sueños con la idea de que debían ir en busca del Mesías niño.

La noche siguiente, en el observatorio astronómico, no comentaron si ya era el tiempo en que nacería el bebé Rey.

Hablaron de cuándo convendría salir en busca del Niño Jesús para adorarlo. No tenían idea del lugar adonde irían, pero todos concordaron en que seguirían a la estrella. Los tres habían sido impresionados en sueños la noche anterior con la idea de que Dios los estaba guiando.

—¿Qué regalos debiéramos llevarle?

—Yo sé —dijo el segundo—. Debiéramos llevarle tres regalos. El primero debiera ser oro, porque él es un Rey.

—En segundo lugar debiéramos llevarle incienso para simbolizar su obra. Los sacerdotes queman incienso en el templo cuando ofrecen los sacrificios. Él será el sacrificio por todos nuestros pecados, por eso creo que debemos llevarle incienso.

—Tercero, creo que debemos llevarle mirra. La mirra se usa para embalsamar los cuerpos antes de sepultarlos. Las Escrituras dicen que él morirá por nuestros pecados. Nuestro regalo de mirra representará lo que le sucederá.

—Me parece que tienes razón. El Dios de Israel te está dando ideas y sabiduría en este asunto —replicó el tercero.

—¿Cuándo partimos? —preguntó el primero mientras revisaba la montura de su camello para ver si necesitaba reparación.

Fue un viaje largo y cansador. Viajaban de noche y dormían durante el día largo y caliente. Finalmente vieron la cúpula dorada del templo de Jerusalén. Sin esperar la estrella, continuaron su viaje hasta entrar en Jerusalén.

—¿Dónde está el nuevo Rey de los judíos? —preguntaban con entusiasmo, pero nadie lo sabía.

Las noticias se difundieron con rapidez. El rey Herodes los invitó a quedarse en su palacio hasta que él averiguara la información que necesitaban. Pero esa información también sería útil para él, porque planeaba deshacerse de cualquier rival que intentara disputarle su reinado, aunque fuera un recién nacido.

Herodes hizo llamar a los sacerdotes, quienes consultaron las antiguas profecías. Sí, se había predicho que un rey nacería en Belén. Herodes llamó a los sabios y les dijo lo que había descubierto. Los invitó a visitarlo nuevamente cuando regresaran.

Una vez más volvieron a seguir la estrella, la que se detuvo a la entrada de Belén. Cuando llegaron al lugar donde la estrella se había detenido, se encontraron frente a una humilde morada. Encontraron en su interior a María, a José y al Niño Jesús. 

Cuando vieron a Jesús supieron que su viaje no había sido en vano. A pesar de la humildad del lugar, Dios los impresionó con la certidumbre de que habían encontrado a Aquel que buscaban. Lo adoraron y le entregaron sus regalos.

Una vez más Dios estaba guiando los planes de los que confiaban en él. Advirtió a los tres sabios que no visitaran nuevamente a Herodes, sino que regresaran a su país por un camino diferente. Ellos obedecieron y volvieron a sus hogares para difundir las admirables noticias.

En esta historia hay otros dos sueños y otros dos viajes. Cuando Herodes comprendió que los visitantes no regresarían a Jerusalén, comenzó a trazar sus propias maquinaciones malvadas. Pero el plan de Dios se había adelantado mucho al de Herodes. Una vez más se valió de un sueño para impresionar a José con la idea de lo que debía hacer a continuación. Dios le dijo que tomara a María y a Jesús y que saliera de inmediato hacia Egipto. Al confiar en el cuidado y la dirección de Dios, José colocaría al Niño totalmente fuera del alcance de Herodes y de sus planes malvados. La pequeña familia podría vivir segura en otro país gracias a los regalos que le hicieron los tres sabios. Finalmente Dios les hizo saber que había pasado el peligro y nuevamente los guió con seguridad hasta su hogar en Nazaret.

 

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Dios les bendiga!!!

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