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Intermediarios | Lección 3: Un círculo más grande | 2do Trimestre 2023 | Año D

Lección 3 de Intermediarios

UN CÍRCULO MÁS GRANDE

 

¿Has conocido a alguien que haya tenido la necesidad de compartir el hogar de otra persona por un tiempo? ¿Has sido tú esa persona? La madre de Jesús se encontró en esa circunstancia cuando él murió. Juan, el amigo de Jesús, agrandó un poquito el círculo de su familia para recibir a María en su hogar.


Texto y clase de referencias:
Juan 19:25-27; El Deseado de todas las gentes, p. 700.
Versículo para memorizar:
“Ayuden a los hermanos necesitados. Practiquen la hospitalidad” (Romanos 12:13).
Mensaje:
Mostramos amor a Jesús cuando incluimos a otros en nuestro círculo familiar.

 

Te propongo que hagamos juntos un viaje imaginario a Nazaret en la época cuando Jesús era niño. Pudo haber sucedido algo como lo que sigue.

El niño Jesús entra en su casa situada en Nazaret.

—Mamá, la viuda Abraham está enferma.

¿Puedes ir a visitarla? —dice el niño. Jesús y María caminan juntos hasta la casa de la vecina. Antes de entrar anuncian su llegada. La enferma contesta con voz débil y los invita a entrar. María y Jesús llegan junto a la cama de la mujer que ni siquiera puede sentarse.

—Señora Abraham, ¿está usted enferma? —pregunta María.

—En realidad no lo estoy. Lo que sucede es que tengo mucha hambre, porque hace tres días que no como nada. Jesús mira a su alrededor y ve que los canastos están vacíos, las vasijas están vacías, no hay alimentos en la casa.

—Mamá —dice Jesús, ¿puedo traer alimentos de nuestra casa? Aquí no hay nada para comer.

—Sí, hijito. Puedes hacerlo. Trae pan y uvas.

Jesús regresó con alimentos para la viuda Abraham. Después va a buscar agua al pozo del pueblo. Cuando regresa encuentra a la mujer sentada en la cama. María la está alimentando.

Cuando María y Jesús regresaron a su casa, Jesús pregunta a su madre algunas cosas acerca de la viuda. Ella le cuenta que el esposo murió hace varios años. También murió el único hijo que tenían, y así quedó desamparada. Ahora ella está demasiado débil para ir a los campos y las viñas para recoger granos y uvas. María le dice a su Hijo que ellos se encargarán de alimentar y atender a la viuda Abraham.

Trasladémonos ahora en el tiempo y vamos hasta el Calvario. El tiempo está borrascoso. Jesús trata de levantar el pecho empujando con los pies sobre el áspero madero donde los tiene clavados, para respirar mejor. Oye el llanto de una mujer postrada cerca de la cruz.

Los sacerdotes se burlan de Jesús diciendo:

—Salvó a otros. Veamos si ahora puede salvarse a sí mismo.

Se ríen de él convencidos de que ellos ganaron el juego. Están decididos a permanecer allí hasta que Jesús muera. María, la madre de Jesús se encuentra a los pies de la cruz. Las lágrimas inundan su cara, pero ella no hace ningún esfuerzo por secárselas.

Jesús mira a su madre. Recuerda las veces que ella lo consoló en su niñez y sabe cuánto sufre ahora. Su esposo José murió hace algunos años. María es una viuda. Cuando Jesús muera, ella quedará sola. ¿Quién se encargará de ella? A pesar de sus fuertes dolores y de la terrible presión de los pecados de la humanidad, por los que él estaba pagando, Jesús pensaba en su madre.


—Mujer —le dice usando un nombre cariñoso que ella conocía.

María, al oír que su Hijo la llamaba, se endereza y mira el rostro ensangrentado de Jesús, pero no consigue decir nada.

—Aquí está tu hijo —le dice mirando a Juan, y luego le dice a él—: Aquí está tu madre.

María y Juan comprenden de inmediato. Jesús desea que Juan se convierta en el hijo adoptivo de María y que se encargue de ella hasta su muerte. Jesús quería asegurarse de que su madre no quedaría desamparada.

Aunque María se alegra de ver que Jesús se preocupa por ella en los momentos finales de su vida, también siente mucha aflicción al comprender que él no hará nada para salvarse de la muerte y descender de la cruz. Aunque salvó a otros, ahora María comprende que no hará nada para salvarse a sí mismo.

Juan y María permanecen junto a la cruz hasta la muerte de Jesús. Ven a José de Arimatea y a Nicodemo quitar el cuerpo de la cruz ensangrentada, y los siguen mientras lo llevan a la tumba nueva de José situada en las inmediaciones. Querían saber dónde sepultarían su cuerpo. Después, María regresa con Juan a su casa, y vive con él hasta el final de su vida. Y Juan alaba a Dios por la oportunidad de agrandar el círculo de su familia y compartir el amor que siente por Jesús.

 

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Dios les bendiga!!!

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